La palabra clave que te dice que estás ante un imbécil

Cada cierto tiempo aparece una nueva palabra que se repite como un mantra en Silicon Valley. Seguro que sabes de la que hablamos ahora, y de cómo nos ayuda al escucharla a hacernos una clara idea del tipo de individuo que la está usando.

Sabes que estás hablando, escuchando o leyendo a un idiota cuando este empieza a usar palabras en inglés a pesar de que existe la correspondiente en tu idioma, y cuando aprovecha cualquier motivo para lanzar al aire esa palabra recurrente que está de moda. Lo sabes.

La palabra actual que te debe dar la pista de que estás ante un idiota/snob/pretending/meautodenominoexperto es «metaverso».

Y es que desde la patada mediática hacia delante que dio Facebook, perdón, Meta, anunciando que cambiaba de nombre porque había descubierto la cura del cáncer, ¡ah no!, lo que había descubierto era que si quería sobrevivir ante un panorama en el que le caían balas por todos lados porque su modelo de negocio se basaba en el uso indiscriminado de datos personales, que ahora los gobiernos querían limitar para proteger a sus ciudadanos, debían reorientarse hacia otro terreno.

Y aquí que Zuckerberg debía de estar releyendo Ready Player One (exitosa novela de 2011) en la que la sociedad desarrolla su vida en un metaverso donde se relacionan, trabajan y en general, viven. Eso sí, la explicación que da la novela para que la gente decida pseudovivir enfundándose unas gafas de realidad virtual era porque su mundo real se había ido al garete.

Así que a menos que el bueno de Mark prevea lanzar un COVID-19 con esteroides para que nos enclaustremos en casa y tengamos que «vivir» a través de la realidad virtual, su «meta» tiene pies de barro.

Pero una vez lanzada, con mucho bombo y platillo, su idea prestada del metaverso, y encima sin explicar al detalle qué piensa hacer ni en qué beneficia a la sociedad actual, sólo planteó una idea de concepto, los medios, los «expertos», los inversores y los analistas comenzaron a enviar spam con la palabra de marras en negrita, subrayada y con neones en un esfuerzo por mantenerse al tanto de una tendencia tecnológica que les había cogido con las bragas bajadas, o eso creían ellos. Así que, aplicando el socorrido «la mejor defensa, un buen ataque», ahí que se fueron a llenar titules vacíos.

Un ejemplo de cómo una palabra/concepto de moda hace que los medios (y sus redactores) se vuelvan locos es como interpretaron la compra por parte de Microsoft del estudio de videojuegos Activision. Lo que no era más que una adquisición de uno de los grandes del sector de los videojuegos para cimentar su negocio, que tiene en la otra parte del ring a Sony, que controla ya importantes estudios de juegos, fue visto como una apuesta de Microsoft por el metaverso, ya que los analistas interpretaron que, como para los juegos se usan gafas VR, eso de los videojuegos debía ser el cacareado metaverso. Dos más dos igual a siete.

Al final, el cuento/concepto del fake metaverso no es más que una combinación de la realidad virtual (VR), la realidad mixta o híbrida (MR) y la realidad aumentada (AR), que ya llevan un buen tiempo con nosotros, pero que aún siguen sin ser de utilidad para la gente común, o al menos, no se ha dado aún con la clave para hacerlas atractivas más allá de nichos de mercados. Un ejemplo de esto es la reciente cancelación de Microsoft de su HoloLens 3 porque, aunque el producto generaba bonitas notas de prensa para los inversores, las cuentas no cuadraban en eso del ROI, el puñetero retorno de la inversión.

Al final, no sabemos qué nos deparará el futuro, hemos aprendido desde 2020 que si hay algo cierto es que todo es incierto. Así que no sabemos si quizá necesitemos de la VR + MR + AR para ir a clase, relacionarnos, comprar, reunirnos, trabajar o tener sexo. ¿Quién sabe? Lo que sabemos es que hoy día, la palabra comodín de moda sólo sirve para que sepamos, a ciencia cierta, que quien la usa no tiene ni idea de lo que habla.

Imagen de portada de Timothy Dykes en Unsplash