Ya hace un tiempo hablamos en este blog sobre el negocio de la soledad, hoy trataremos de nuevo el tema, desde una nueva perspectiva, aprovechando un informe realizado por expertos de las Universidades de A Coruña y Vigo para SoledadES, el Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada: El coste de la soledad no deseada en España.
Comenzamos por las conclusiones del estudio:
- El 13,4% de la población española sufre de soledad no deseada.
- 1 de cada 5 jóvenes españoles (de 16 a 24 años) confiesa que se siente solo.
- La generación Z, los millennials y los mayores de 75 años son quienes se sienten más solos.
- Los que se se sienten solos llevan una media de seis años en esta situación.
- En un 79,1% las causas de la soledad son externas a la persona, no por mala salud o dificultad para relacionarse.
- El 11,1% apunta a una «causa laboral»
Ahora pasamos a entender los costes que la soledad supone. Pare ello, lo primero es determinar los efectos que trae consigo el sentimiento de soledad:
- Perdida de salud: la posibilidad padecer algunas enfermedades es mayor entre estas personas (enfermedades coronarias, depresión, ansiedad crónica, ictus).
- Mayores visitas al médico y mayor consumo de medicamentos.
Esta mayor degradación en la salud de estas personas tiene un costo cuantificable, 6.101,4 millones de euros anuales sólo en España.
El impacto sobre los recursos públicos es del 1,17% del PIB.
Si una persona está (o se siente) enferma su rendimiento laboral cae, suponiendo esto una pérdida de producción. La cuantificación de este coste es la perdida de 7.848,4 millones de euros cada año, calculados teniendo en cuenta el modo en el que estas personas desempeñan sus funciones, acceso al mercado laboral a través de más trabajos a tiempo parcial. A esto debemos añadir los 191,2 millones de euros que, de manera indirecta, supone la desaparición de años de vida productiva debido a las muertes prematuras por la soledad.
El Estado es quien asume estos costes que estamos viendo, lo que supone un impacto sobre los recursos públicos de 14.141 millones de euros (1,17% del PIB de 2021). Y aquí está la madre del cordero. Este coste, que sólo va a ir en aumento exponencial cada año, es lo con lo que se quiere llamar la atención a las Administraciones Públicas para que tomen cartas en el asunto convirtiendo la soledad en un tema en las agendas políticas. Como han hecho los ingleses creando la Loneliness Minister.
En 2030 el 75% de los trabajadores serán las generaciones Z y Millennials.
Estos datos sobre costes económicos derivados de la soledad están limitados a España, un país que históricamente no se ha visto muy afectado a problemas de relaciones sociales o salud mentad. Si miramos a países como EEUU, descubrimos que el setenta y cinco por ciento de la Generación Z y la mitad de los Millennials dejaron un trabajo por razones de salud mental, en comparación con el 34 por ciento de otras generaciones. Para las empresas, los problemas de participación y retención de los empleados solo irán en aumento si no se aborda la soledad, teniendo en cuenta que el 75% de la fuerza laboral mundial para 2030 serán Millennials y Generación Z.
Con un aumento de la soledad entre los más jóvenes inquietante y que, por lo visto, les va a acompañar buena parte de su vida; el previsible, aunque no por ello justificable, estado de soledad de los mayores y la mayor polarización de la sociedad, el futuro distópico que nos viene a la mente al leer «Ministerio de la Soledad» parece menos propio de una sociedad ficticia indeseable y más cercano a la realidad presente.
Imagen de portada de Sasha Freemind.
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