Reconócelo. Ves una cabaña tofashion rodeada de naturaleza y te hacen los ojos chiribitas. Olvidas los bichos que pueblan el bosque como si aquello les perteneciera, obvias la falta de infraestructura digital, y pasas de la idea de no tener cerca un Carrefour Express para comprar esa agua con sabor a limón a la que te has aficionado.
En las fotos esas cabañas son de cuento de hadas para hipsters, y te mueres por pasar una noche en una de ellas. Y Jacob Witzling lo sabe, por eso diseña cabañas para colocar en medio del bosque que son instagrameables al máximo.
Me inspiro en las cabañas del pasado, en el mundo de la fantasía, tanto en el cine como en los libros, y en esa parte infantil de mi imaginación que siempre trato de conservar.
Jacob Witzling
A los 22 años, usando desechos de la construcción y madera reciclada, Jacob construyó su primera cabaña por sólo 800$ y vivió en ella durante los siguientes tres años. Witzling ha construido hasta la fecha cinco cabañas muy personales.
Comencé a construir cabañas porque, como muchos niños, me encantaban los fuertes y los ewoks. Siempre quise vivir en una casa de cuentos de hadas, como un hobbit.
Jacob Witzling
Jacob llega a un trato con el propietario de los terrenos donde construye las cabañas. Él las diseña y las construye hasta el último detalle a cambio de poder tener acceso a ese terreno (y a la cabaña por ende) durante un número determinado de años después de la finalización de la estructura, después, la casita de ensueño y el terreno pasa al propietario real del mismo.
La primera cabaña la construyó junto con su hermano sólo por diversión. Por su parte, su última creación, la construyó para sus amigos, y actualmente vive en una versión cabaña-truck móvil construida para él y su pareja Sara.
Aunque sé que estás segregando al ver estas preciosidades de casas sacadas de un cuento de los hermanos Grimm, recuerda que estas cabañas están situadas en terrenos sin acceso a la red eléctrica, sin agua corriente, y diseñadas para ser alimentadas por un sistema de baterías de 12 voltios. El agua para beber, cocinar y bañarse se recoge de un pozo, y un inodoro de compostaje se encuentra en una estructura externa separada.
Aún así, el que suscribe pagaría por pasar un finde en uno de estos apacibles y ensoñadores lugares.
Arquitecto y constructor: Jacob Witzling / @jacobwitzling
Con la colaboración de: Ethan Hamby, Wesley Daughenbaugh, Scott Pearson, y Sara Underwood
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