El personal de un acuario de Japón decidió colocar imágenes de visitantes, inexistentes, al tanque donde se alojaba un pez luna, al darse cuenta de que había empezado a tener mal aspecto, quizá por la soledad.
El acuario Kaikyokan de la ciudad japonesa de Shimonoseki cerró por reformas el pasado diciembre, y desde entonces, el pez empezó a tener mal aspecto. El animal dejó de comer medusas de repente y empezó a frotar su cuerpo contra el lateral del tanque.
Lo primero que pensó el personal del acuario fue que el pez luna tuviera parásitos o problemas digestivos. Pero alguien sugirió que igual lo que sucedía es que se sentía solo, ya que estaba acostumbrado a tener visitantes y a acercarse a ellos, un aspecto amigable por el que el pez era conocido.
Probaron a pegar grandes fotos de rostros humanos en un lateral de la pecera y colgar ropa de esas fotos para dar la sensación de que había personas mirando el tanque. Al día siguiente, el pez recuperó el apetito y parecía en general más contento.
Y es que este pez luna era ya una de las atracciones más populares del acuario gracias a su carácter amistoso. «Era curioso y nadaba hacia los visitantes cuando se acercaban al tanque», comenta Mai Kato, miembro del personal.
Kato también espera que la relación del pez con los visitantes se retome cuando el acuario reabra sus puertas en verano.
Noticia original del periódico The Maninichi
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