Los parques Disney y la ley de la oferta y la demanda

Hay un axioma en el mundo empresarial que dice que las cosas cuestan lo que le cliente está dispuesto a pagar por ellas, no la suma de lo que cuesta fabricarla, distribuirla, promocionarla y obtener beneficios. Disney está aplicando esta política hasta el extremo en sus parques de atracciones.

El pasado octubre, según LA Times, Disneyland (California, EE.UU.) aumentó el precio de sus entradas para un solo día un 9%. Esto implicaba pasar de 164$ a 179$, lo que, para una familia típica de 2 adultos y 2 niños menores de 10 años (entrada más económica) significa desembolsar 696$, impuestos no incluidos, porque ya sabes que en EE.UU. los precios de los productos y servicios se anuncian antes de impuestos, al contrario que aquí en España que es obligatorio mostrarlos con IVA incluido para los consumidores. Y esto es sólo por un día, y sólo la entrada al parque.

Pero, qué motiva a Disney Parks a subir los precios en una coyuntura económica global de ahorro por parte de los consumidores. La ley de la oferta y la demanda.

Bob Chapek, el malogrado CEO de Disney hasta el pasado noviembre, señaló en numerosas ocasiones, que los precios aumentan en respuesta a la demanda de los clientes, no a la inflación. «Siempre vigilamos nuestra demanda», decía Chapek en una entrevista en la CNBC. «Si la demanda de los consumidores se mantiene, actuaremos en consecuencia. Si vemos un agotamiento, que no creemos que vayamos a ver, entonces también podemos actuar en consecuencia».

Chapek habló también sobre los aumentos de precios y la posible reacción de los clientes en una entrevista con el Hollywood Reporter:

«Tenemos mucha más demanda de la que hay oferta. Lo que no vamos a hacer es darle a alguien una experiencia menos que estelar en los parques porque metemos a demasiada gente allí. Si vamos a tener esa regla fundamental, tienes que empezar a vigilar a quién dejas entrar… Nuestros precios y restricciones de las entradas es un reflejo directo de la demanda. ¿Cuándo es demasiado? La demanda nos dirá cuándo es demasiado».

Bob Chapek

En definitiva, a Disney no le interesa que vaya mucha gente a los parques, porque eso supone tener que contratar a más gente para dar un buen servicio a los clientes, además de un desgaste de las atracciones, lo que a su vez repercute en un mayor gasto en mantenimiento. Lo que le interesa a Disney es que quienes vayan, gasten mucho. De ahí que su política sea la de aumentar al máximo el gasto por asistente. Y quien no se lo pueda permitir que no vaya.

Una familia de 4 debería gastar un mínimo de 796$ si quiere montarse una vez en la última atracción de Disneyland.

Un ejemplo de esta política, basada en exprimir a cada visitante, es la cancelación del programa FastPass. Este programa, creado en 1999 permitía reservar una hora para acudir a una atracción, poder saltarte la cola de espera y entrar casi de inmediato en la atracción, a través del carril Fastpass. Ahora hay que descargar la nueva aplicación My Disney Experience, y comprar dentro la opción Genie+. Esto da acceso a Lightning Lane, una cola digital para las atracciones populares que funciona como el FastPass original, solo que ahora hay que pagar una tarifa plana adicional, por persona y por día. La tarifa original era de 20$. El 11 de octubre de 2022, subió a 25$. Y el 22 de octubre de 2022, 11 días después, subió a 30$.

Pero sin crees que con pagar los 179$ de la entrada y adquirir el pase Genie+ por 30$ más, ya te ibas a asegurar poder entrar sin esperar colas de horas en las últimas atracciones, ve olvidándote. Disney quiere sacarte más dinero. Galaxy’s Edge, la atracción estrella, y otras, no están incluidas en Genie+. Si quieres usar el Lightning Lane en estas, tienes que pagar una tarifa adicional. Por ejemplo, si quieres darte un paseito (sólo uno) en Rise of the Resistance, la nueva atracción de Star Wars en Disneyland, tendrás que desembolsar 25$ por persona más. La familia de 4, de la que hablábamos antes, debería pagar 100$ por un solo viaje.

Disney tomó la decisión de no volver a su capacidad máxima después de la pandemia y, en su lugar, maximizar la cantidad de dinero que gasta cada asistente.

Los que no quieran usar el nuevo sistema Lightning Lane, de una manera indirecta, lo sufrirán, ya que las colas serán más largas, al tener prioridad los que sí hayan abonado esa tarifa. En definitiva, hay menos espacio en cada vagón porque un determinado número de asientos en ellos ya han sido reservados a los que han pagado por ello. Eso significa que pasas más tiempo en las colas y menos tiempo en las atracciones. Aunque has pagado una cifra extraordinaria por entrar en el parque.

Disney no hace nada malo, ya que el objetivo de toda empresa es reducir los gastos y aumentar los ingresos, lo que proporciona un balance muy positivo de beneficios. Nada es criticable desde ese punto de vista. Lo que choca un poco es la codicia desmesurada de la corporación y que su ex CEO no lo ocultara lo más mínimo, haciendo público su punto de vista sobre extraer lo máximo de sus clientes. Quizá sea esta una de las muchas causas de su despido fulminante.

Durante la pandemia de COVID-19, Disney limitó el número de asistentes por día a sus parques, para ajustarse tanto al menor número de empleados como a las regulaciones por la COVID. A medida que la pandemia disminuía, el límite aumentó; la suposición era que, con el tiempo, las multitudes volverían a los niveles prepandémicos. Pero, darse cuenta de que menos gente en el parque supone menos gasto, ayudó a tomar la decisión de nunca volver a su capacidad máxima y, en su lugar, maximizar la cantidad de dinero que gasta cada asistente.

Disney ya no quiere llenar sus parques de turistas gastando mucho dinero cada día. En cambio, Disney prefiere un número ligeramente menor de asistentes, gastando una cantidad grotesca de dinero cada día.

Y le está yendo muy bien. Disney Parks ganó 7.400 millones de dólares en ingresos en el tercer trimestre, frente a los 4.300 millones de dólares en el segundo trimestre. Además, los costes laborales han bajado, a finales de 2020, Disneyland despidió a 32.000 empleados del parque debido a la pandemia. En junio de 2021, solo la mitad de esos empleados habían regresado.

Y con esta política en marcha, y sin quejas por parte de los clientes, que siguen acudiendo a los parques, ¿hasta dónde llegarán los precios? Según Chapek dijo, antes de su despido, los parques están operando a la capacidad deseada, y las reservas están viento en popa. La tasa Genie+, que pasó de 10 dólares a 30 dólares, ¿cuál será su precio el próximo verano?, ¿llegarán las entradas a los 200$? Y más importante aún, ¿habrá gente dispuesta a pagar eso, incluso cuando el coste de la vida «real» ha subido tanto?

Imagen de portada de de Kin Li en Unsplash

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