En Francia existe una zona roja desde el final de la Primera Guerra Mundial. Este área está llena de proyectiles sin estallar, con gases venenosos algunos de ellos, municiones ya oxidadas con el paso del tiempo y granadas.
En el suelo se pueden encontrar desde plomo, mercurio, cloro, arsénico… hasta restos animales, y por supuesto, humanos.
Todo esto hace que la zona fuera declarada inviable para la presencia humana tras el conflicto, por lo que se prohibió el acceso a a los 1.200 kilómetros que comprendía el área. Con el paso del tiempo, el área de exclusión ha ido menguando gracias a las labores de limpieza del terreno, pero aún serán necesarios 7 siglos, si se continúa limpiando al ritmo actual, y dejar hacer a la naturaleza para que el área vuelva a ser visitable por los humanos.
Este desastre humano y medioambiental es el resultado de la batalla de Verdún, acontecida durante 10 meses en 1916, y en la que murieron entre 700.000 y 1.250.000 personas.
100.000 fallecidos durante la batalla aún yacen enterrados.
La batalla se llevo consigo nueve pueblos, de los que seis nunca han sido reconstruidos, y los otros tres sólo parcialmente. La zona quedó ambientalmente tan dañada que fue imposible recuperarla, de ahí la ley que prohibe la entrada en las peores zonas.
La naturaleza, y la crisis ambiental actual, es capaz de realizar destrozos en nuestro entorno, algo que hemos vivido recientemente en España, y provocar crisis humanitarias y ambientales. Pero sirva el recuerdo de la batalla de Verdún, hace 108 años, para que seamos conscientes de como ser humano puede llegar a ser infinitamente más cruel y destructivo que la misma naturaleza.
Esta información esta extraída del hilo de Paul Cooper, donde puedes ver imágenes impactantes de esta zona, en https://x.com/PaulMMCooper/status/989100350044082176
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