La IA hará que no puedas recordar el pasado tal como fue

Google anuncia el uso intensivo del aprendizaje profundo en sus productos. Esto puede ayudarnos en muchas tareas, o puede hacernos perder el control de nuestra vida, según cómo aprendamos a usarlo.

Google celebra anualmente, desde 2008, su Google I/O, una conferencia anual para desarrolladores, pero este año, debido a la presión desatada sobre el desarrollo de la Inteligencia Artificial Generativa, no se trató de Google I/O sino de Google AI.

Creando un email de reclamación con cuatro palabras.

Cuando el CEO de Google, Sundar Pichai, subió al escenario, afirmó que «estamos reimaginando todos nuestros productos principales, incluida la búsqueda», refiriéndose a la incorporación de la IA en todos ellos. Y lo mostró a través de una completa demostración, donde, por ejemplo, la IA generativa dentro de Gmail pudo redactar un elaborado correo a una compañía aérea para ayudar a obtener un reembolso. O el nuevo Google Photos Magic Editor fue capaz de eliminar elementos no deseados, cambiar la posición de personas y objetos en las fotografías, hacer que el cielo fuera más azul, y ajustar de manera general la iluminación de las imágenes para que los retoques perecieran naturales. ¿Qué quieres que la IA en Google Docs escriba una carta de presentación que acompañe tu currículum?, ¿o crear una descripción completa de un puesto de trabajo a partir de unas pocas palabras?, hecho.

¿Y si todo no fuera tan bonito?

Hasta aquí la forma bonita de vendernos lo que nos va a facilitar la vida las herramientas de IA en las aplicaciones en la nube de Google, algo así como hacen los filtros neuronales (que es como Adobe llama a su IA) en Photoshop. Pero si le das una leve pensada (no una sesuda, de esas que te dejan temblando), te das cuenta de que todo tiene dos lados.

Sí, puedes escribir un email casi de manera automatizada poniendo cuatro instrucciones y va a parecer que escribes como un literato, pero…. al otro lado, si tú, usuario tienes la capacidad de hacer eso, qué crees que tendrá la empresa que va a leer tu correo. Seguramente otra IA que va a leer y contestar automáticamente tu email como hoy día hacen los frustrantes contestadores automatizados que te piden que digas cosas muy claritas al teléfono para guiarte… normalmente, a ningún sitio.

Y de esto Google sabe mucho, ya en el Google I/O de 2018 prepandémico la compañía presentó Duplex, mostrando cómo Google Assistant podía hacer llamadas automatizadas sin dejar que las personas supieran que estaban interactuando con una IA. 

No sólo tú vas a poder usar herramientas basadas en IA, también los otros.

Así que, dentro de un tiempo, cuando escribas un correo de reclamación, de queja, de petición de devolución… en general de cualquier cosa a una empresa, lo más seguro es que ningún humano lo vaya a leer nunca. El sistema de correo con IA de la empresa (seguramente de Microsoft/OpenAI a través de Microsoft 365) hablará con la IA de tu Gmail, y así estarán en bucle eterno, mientras tú crees que has puesto en marcha un proceso con cuatro palabras en un prompt, (¡qué moderno te sentirás! ¡hijo de tu tiempo!).

¿Aquello fue tal como muestra la foto, o es todo falso?

Y cuando vayas a mirar las fotos del viaje del año pasado, ahí verás unos cielos azules, un sol esplendoroso, tu cara sonriente (y quizá aparentando 10 años menos de los que realmente tenías el año pasado). Cuando en realidad ese día llovía a cantaros, no habías dormido, tus ojeras te llegaban a la barbilla, y estabas de morros porque acababas de discutir con tu pareja. Pero gracias a esa patología (?) de querer embellecer siempre las fotos que sacamos, no aceptando la realidad del momento, habrás dado al botón de «embellecer» de Google Fotos y tus recuerdos no serán reales. Serán inventados. Alterarás cada día tu presente sin darte cuenta. Estarás borrando tu presente real, convirtiéndolo en un pasado imaginario.

La IA hará que tengamos que decidir hasta que nivel cedemos el control de nuestra vida y nuestros recuerdos.

Las herramientas de software con las que trabajamos, o nos divertimos, diariamente, están incorporando nuevos avances tecnológicos, gracias al Aprendizaje Profundo, que dan como resultado la generación automática de contenidos, ya sean de texto, visuales o sonoros. No está mal. Es progreso. Pero aceptar su uso sin pensar en las consecuencias, o cómo pueden afectarnos negativamente, es de irresponsables. Una irresponsabilidad tanto individual como corporativa.

Trivialidades como escribir un email, o alterar una foto que hemos sacado con el móvil parecen intrascendentales…. pero nuestro día a día, nuestra realidad, está hecha de momentos, instantes, intrascendentales. Quedarnos sin control sobre ellos, ¿no será lo mismo que perder el control sobre nosotros mismos? Sin darnos cuenta. Sutilmente. Como caen tantas cosas. Sin darnos cuenta.

Foto de portada de Adrian Swancar