Entras en Google, para no salir

La mayoría de estos portales muestran su propio contenido por encima del procedente de otros sitios web. Creemos que esto supone caer en un conflicto de intereses, análogo a cobrar por mostrar resultados de búsqueda: en estos casos el buscador ni necesariamente muestra los mejores resultados, sino los del propio portal.

Larry Page, fundador de Google, en 2004 hablando sobre sus competidores AOL y MSN

Desde hace años se habla de que Google es Dios, porque todo lo sabe, todo lo controla y además todo lo limita. De sus inicios en los que criticaba a los portales que ofrecían toda la información dentro de sus verjas digitales, que «enjaulaban» a sus usuario limitando su acceso a otras webs, hemos pasado a un página de resultados de Google de la que no es necesario salir.

Todo Internet está ahí. ¿Buscas un hotel, un vuelo, un trabajo, comprar un producto? o sencillamente quieres saber el resultado de un cálculo matemático, la letra de una canción, los lugares que visitar de una ciudad… No hace falta que salgas de la página de resultados que te ofrece Google después de hacer tu pregunta. Google rastrea la respuesta y no solo te da el enlace a la web que lo tiene, sino que te lo muestra tal cual, en muchos casos sin pedir permiso a la fuente original. Esto tiene como resultado que la web que realmente facilita esa información no se beneficie de tu visita a su página, lo que significa que el propietario de esa web no sabrá ni siquiera que te ha ofrecido la respuesta, y por lo tanto no podrá monetizarla.

Esto es aún más prominente en las búsquedas en móviles, donde, según la investigación llevada a cabo por The Markupel 41% de la primera página de resultados para móviles está ocupada por información proporcionada directamente por la propia Google, llegando hasta el 63% si analizamos sólo la parte superior de la página.

Al final Google ha construido poco a poco su propia jaula digital que tanto criticaba su fundador hace 16 años.

El objetivo final: Que entres en Google. Y no salgas.