Mucho antes de Gutenberg, los coreanos ya conocían la imprenta

Se expone en París el manual budista que demuestra que los coreanos ya conocían la imprenta 78 años antes que Gutenberg.

El primer embajador francés en Seúl, Victor Collin de Plancy, que llegó a Corea en 1887, compró el «Jikji«, el primer impreso hecho a partir de caracteres móviles metálicos que se conserva. El diplomático, no se dio cuenta de la importancia del libro que acababa de adquirir hasta que constató con emoción que la obra se remontaba a la era Xuanguang (1371-1378).

La obra llega a Europa.

El libro fue llevado a Francia para ser expuesto en la Exposición Universal de París de 1900. One años después, Victor Collin vende todo su legado en una subasta, incluyendo «Jikji». Es entonces cuando otro coleccionista, el joyero Henri Vever, lo compra por 180 francos de la época, unos 60.000€ actuales.

No será hasta 1950 que el libro sea cedido por la familia del joyero a la Biblioteca Nacional de Francia (BNF).

La última vez que el público pudo ver este ejemplar único fue hace 50 años, en 1973. Ahora, hay una nueva oportunidad. El tesoro histórico estará expuesto por la Biblioteca Nacional de Francia en París hasta el 16 de julio.

El libro más antiguo del mundo, de su tipo, que se conserva.

Jikji es el título abreviado de un documento budista coreano cuyo título puede traducirse como «Antología de las enseñanzas zen de los grandes sacerdotes budistas». Impreso durante la dinastía Goryeo en 1377, es el libro más antiguo del mundo que se conserva impreso con tipos móviles de metal. La UNESCO lo incluyó en el Programa Memoria del Mundo en septiembre de 2001.

El Jikji es un manual de enseñanzas budistas compuesto con caracteres chinos (hanja) que se publicó en el templo de Heungdeok en 1377, lo que demuestra que los coreanos ya conocían la composición mediante tipos móviles, técnica que se cree provenir de China, 78 años antes de que Johannes Gutenberg publicará la famosa «Biblia de 42 líneas«, impresa entre 1452 y 1455. La mayor parte del Jikji se ha perdido y hoy sólo sobrevive el último volumen, que conserva la división Manuscrits Orientaux de la Biblioteca Nacional de Francia.

La exposición ¡Imprimir! La Europa de Gutenberg muestra, además del «Jikji», otras joyas de la historia de la imprenta: dos ejemplares de la Biblia de Gutenberg, y el «Bois Protat», una matriz de madera grabada de 1420.

Único en el mundo, el «Jikji» es un elemento crucial del patrimonio surcoreano, impreso en el año 7 de la era Xuanguang. Originalmente tenía dos tomos, pero solo subsiste este segundo.

Como es lógico, Corea del Sur quiere también exhibirlo en su territorio. Si lo quieres ver, puedes acercarte a París, o bien visitar la web de la Biblioteca Nacional de Francia, que ha tenido el detalle de escanear digitalmente la obra y ponerla a disposición de todos los interesados.